Ganando plata con los sueños (sud)americanos

Del 23 de octubre del 2009 al 22 de febrero del 2010 se expone la muestra “Mr America” de Andy Warhol en el Museo de Arte Latinoamericano De Buenos Aires (MALBA). Y la primer conclusión a la que cualquiera puede arribar es que o sacan la escultura sonora que hay en la puerta o contratan al hombre de la bolsa para que rete a los niños que no pueden parar de gritar. El artefacto es básicamente una instalación de luces que se logran prender todas con los sonidos fuertes: de aquí en más deduzcan cuan agradable ha sido tener que hacer la cola para sacar la entrada. Entre varias obras de la exposición se pueden ver desde los clásicos de las latas Campbell’s hasta las reproducciones coloridas de la foto de Marilyn. Una de las cosas más hermosas que vi fue la cara de felicidad de una beba a upa del papá metidos en el experimento/obra “Las nubes plateadas”. El mismo es un espacio cuadrado con pared y techo de tansa y adentro tienen almohadones de papel plateados inflados con helio y varios ventiladores que los hacen volar. Es lindo ver la ilusión de distancia y cercanía que provocan. Pero reitero: la sonrisa de esa nena fue casi bucólica. Por otro lado me gustaron las imágenes de la silla eléctrica pintada con distintos colores en serigrafía. Este cuadro ya lo había visto en una exposición anterior y tanto en ese momento como ahora me produce la misma sensación: una mezcla de horror con fascinación los cuales no me permiten apartar la mirada.
Siempre sostuve que “la opinión” es lo que menos le debería interesar a un lector. Sin embargo hoy voy a aprovechar más que nunca de está relación de poder que ejerzo gracias a 3v1l para poder comentar ciertas ideas que se me vinieron a la cabeza a la salida de la muestra. Cada vez que veo algo de Andy Warhol me quedo con un gusto a contradicción. Los textos que exponen la vida y las frases del artista mantienen esta constante. Y esa es un ida y vuelta con el compromiso de su obra. Siempre se afirmó que el mismo hacia una fuerte denuncia de la sociedad de consumo, y yo me pregunto hasta que punto esto es tan así. El mismo Warhol se reconoce como cholulo, fan del dinero y en una de sus citas dice abiertamente: a mi no me interesa hacer una crítica de la sociedad americana. Casi como orgulloso de pertenecer y ser aceptado. Como si fuera otro Truman Capote (por cierto, hay una foto de ellos juntos).

Pero luego eso se contrasta con las imágenes tragi-cómicas de accidentes espantosos y la pena de muerte. Entonces ¿en donde termina su compromiso y donde empieza el mero hedonismo?. ¿Cuál es el discurso que hay que entender de sus retratos vestido como Drag Queen? Andy Warhol es apasionante porque trae una vez más ese debate tan remanido de la modernidad donde se trata de pensar ¿qué es la obra del arte?. Desde que Marcel Duchamp compro un mingitorio en un Easy amigo y lo firmó como si fuera un escultor hasta hoy no hacemos más que preguntarnos ¿qué es el arte hoy? ¿Cualquier cosa es arte? ¿Se puede pensar que una foto de Schwarzenegger sacada con una Polaroid se exhiba en un museo al lado de un cuadro de Frida Kahlo? ¿Es que acaso toda obra que tenga la firma del artista se convierte en arte? 

Tengo la sospecha de que en Warhol se cumple a la perfección su propia profecía: su arte, su creatividad, su subjetividad permite reflexiones de unos 15 minutos engañosos. Y su popularidad es tan grande como la de un mediático más. Porque seamos realistas: a todas nos gustan las carteras con el estampado de Campbell’s o la banana de Nico and the Velvet Undergorund. Pero ya ni Louis Vuitton la fabrica, y tiene poca duración en nuestro placard. Entonces vuelvo a preguntar ¿su obra es tan profunda como pretende ser, o es algo más dentro de la producción de mercancías culturales?.  
Es importante hacer una salvedad en este punto: si es una mercancía más, es una con peso fuerte. Mal que pese Warhol es uno de los fundadores del pop art y de él en adelante es que hay nuevas corrientes estéticas, sobretodo desde el diseño. Negar su influencia en los 60 y 70 no solo es negar a toda la generación del Instituto Di Tella, sino que sería tan animal como negar al rock, la fotografía o el cine como elementos culturales. Supongo que lo único importante es no caer en el dogma de la moda: ni Andy Warhol inventó el arte, ni el cine nace con Tarantino.
Una vez más los invito a que vayan a sacar sus propias conclusiones y si quieren a detestar este post. El MALBA funciona de jueves a lunes de 12 a 20 horas y los miércoles hasta las 21. Queda en Figueroa Alcorta 3415 (si! Bien a trasmano, hasta me bajé mal del bondi) y recuerden llevar acreditación de estudiantes para pagar $5 (o directamente gratis si es un miércoles). Sino garpen los $15 que a los labradores de Eduardo Constantini se les acabó el Pro Plan.

“Glenn O’Brien: ¿Crees en el “sueño americano”?
Andy Warhol: No, pero creo que podemos ganar plata con él.”

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